La acelerada evolución de la Inteligencia Artificial está redefiniendo la economía y el trabajo, pasando de la automatización a la colaboración cognitiva entre humanos y máquinas. Áurea Rodríguez introduce el concepto de “trabajo mixto humano-IA”, donde la IA libera tareas rutinarias y amplifica la creatividad, el pensamiento crítico y la toma de decisiones éticas. Surge así el Talento Interior Bruto (TIB), una métrica que integra capacidades humanas irremplazables con el poder de la IA para generar soluciones a gran escala, orientando el crecimiento hacia una “economía aumentada”.
